La política y los mediáticos, esa clase especial
Hay cientos, miles de familias que han tenido que dejar de trabajar. Otros tantos, o más, que bajar las persianas que levantaban cotidianamente desde hace más de tres o cuatro décadas. Casi por cadena oficial un trío de voces nos exige un esfuerzo más, que lo pone en fechas, pero que inmediatamente voceros oficiosos dicen que no son tales.
Mientras se cierran barrios enteros, se prohíbe trotar, entrenar, caminar, salir, y poco menos existe una gran cámara de gran hermano para todo el Area Metropolitana Buenos Aires, la Ciudad y su conurbano, este fin de semana saltaron escandalosos operativos donde funcionarios, ex funcionarios, pintorescas habitantes de la farándula botinera y sus nuevos novios nos dicen que hay otra realidad.
Esa misma que habitaba, hasta no hace mucho, Alberto Fernández, no sólo por considerar un gobernador de lujo a Gildo Insfrán, sino por abrazarlo sin barbijo al mejor estilo Jail Bolsonaro.
Esa también en la que nos decían que no podíamos comer asados con amigos pero se juntaban para rosquear Vidal, Monzó y Rodríguez Larreta.
Este domingo, un grupo no determinado de funcionarios y ex funcionarios, como el secretario de Economía de Tigre, Fernando Lauría, el ex ministro Rogelio Frigerio, el actual director porteño y ex jugador de tenis profesional Luis Lobos y no sabemos quienes más fueron denunciados de haber participado de un torneo de paddle en Pilar.
A su vez Verónica Ojeda, detenida por un retén de Gendarmería, “chapeó” con un supuesto formulario habilitante para circular en la que se denominaba funcionaria pública. Ante la duda, su actual pareja, Mauro Baudry, primero los apuró por teléfono y luego se apersonó para amenazarlos de no seguir con el trámite y dejarla pasar a Ojeda.
A partir del miércoles, todos los habitantes del AMBA deberán estar nuevamente en sus casas, y solo podrán salir lo que deban cumplir una labor esencial. Quizás las inauguraciones y las fotos de ocasión, donde se abren centros sanitarios sin médicos ni especialistas, también se frenen. Ah no, esa clase especial no para.
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