Los intendentes de la Provincia de Buenos Aires se agarran la cabeza y aceptan darle la razón a Sergio Berni, con el que no se llevan muy bien, en la pelea por las tomas de tierras que tiene el ministro de Seguridad con el Movimiento Evita.
La situación llegó a tal nivel de complejidad que ayer media docena de jefes comunales peronistas fueron hasta Presidente Perón, donde se realizaron las tomas más emblemáticas de los últimos tiempos y en la que la intendenta Blanca Cantero acusó a los movimientos sociales y al Evita en particular.
De allí surgió un pedido para que el gobernador Axel Kicilof hiciera público su postura y los acompañe en su lucha contra los nuevos asentamientos ilegales. Hoy algunos de ellos se reunirán en La Plata con Carlos Bianco, el jefe de Gabinete y con Julio Alak, el ministro de Justicia.
En el artículo publicado el 21 de agosto en este portal, “Las tomas que todos ven y aceptan” (http//alejandrocancelare.com.ar//las tomas que todos ven y aceptan/) ya se había alertado sobre la multiplicidad de factores que contribuyeron a esta nueva “explosión de tomas”, similar a las que se produjeron en el año 2000.
Ahora, todo se complejizó por la aparición de organizaciones sociales ligadas al oficialismo y al Papa Francisco (los cayetanos) que Berni dijo directamente que eran del Movimiento Evita. En otros lugares son promovidas por sectores mucho más duros y de difícil desarticulación, como las bandas narcos que terminan dominando esos territorios.
Todo ante la mirada pasiva de la policía que, cuando no puede, en algunos casos, se suma a los tomadores con el cobro de un nuevo peaje. Las fuerzas de seguridad tienen, además, otro problema. Como diría Sergio Massa, “un doble comando”, entre lo que dice el ministro provincial y lo que remarca Sabina Frederic, la funcionaria nacional encargada en materia de Seguridad, que apaña las intrusiones.
“Eso es lo que pasa… No hay conducción en estos pibes”, afirmó un intendente que dialogó con este medio cuando se le dio el ejemplo de una de las respuestas recibidas por un integrante de “los cayetanos”.
Esa referencia estaba vinculada en la frase “si alguien toma no podemos hacer nada.. la gente está cansada”, se atajaba este dirigente con rol institucional desde hace varios años.
Cuando en los medios hablamos de “intendentes” lo hacemos por el gran problema que tienen los protagonistas de estas historias. Forman parte del oficialismo, no pueden criticar abiertamente ni tampoco reprimir como quisieran.
Quien sí lo hizo fue Jorge Macri, intendente de Vicente López. Lo puede hacer porque no sólo no forma parte del oficialismo sino porque a Patricia Bullrich la acusaban de luchar contra este tipo de situaciones.
Jorge Macri suele decir, también, los que los oficialistas no pueden hacer por pertenecer al actual Frente de Todos. Habla con muchos de ellos y coinciden más de lo que disienten, más allá de las expresiones públicas que suelta, ocasionalmente, el jefe comunal de Escobar, Ariel Sujarchuk.
La falta de conducción es cada vez más frecuente en el oficialismo. Cuando algún sector se equivoca hay otro superior que lo sostiene. Y viceversa. No hay una respuesta común. Mucho menos decisión unificada.
Era previsible que las tensiones en el Frente de Todos podrían aparecer. Pero algunos suponían que sucedería de manera solapada. Quizás a todos les vendría bien volver a ver la experiencia de Santa Cruz, donde queda claro qué si no es uno el que manda, los delegados no funcionan. En todo caso, lo de Berni contra Pérsico no es sólo entre ellos. Es Cristina Fernández de Kirchner que, memoriosa, sabe que el Movimiento Evita contribuyó e
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