El presidente de la Nación, Alberto Fernández, informó que “son muchos los intendentes que me llaman directamente para que agilicemos los trámites que habilitan los protocolos de algunas actividades”.
En la última parte de la presentación realizada hoy cuando se dispuso una apertura parcial de actividades en el AMBA y el resto del país, Fernández confió que muchos jefes comunales hablan directamente con él para pasarle los temas que tendrían que hablar con el gobernador Axel Kicilof.
Consultado sobre la lentitud de los procesos que se utilizan para habilitar o no algunas actividades en los municipios, Fernández confió: “todas las noches tengo que atender los mensajes de los intendentes pidiendo por cuál o tal actividad”.
Esto deja en claro, aunque no quiso hacerlo, lo difícil que se les hace a varios jefes comunales hablar con Kicilof. Para muchos es más sencillo hacerlo con el presidente.
Si bien no se puede hablar de grieta, sí es claro que el gobernador suele adoptar modos tan docentes que terminan irritando y dejando de lado el pedido inicial de quienes lo llaman. Ayer, en un zoom con los secretarios de Salud del AMBA, estuvo más de tres horas hablando sobre por qué y cómo reabrir varias actividades.
El desgaste político y social era insostenible. Varios intendentes habían alertado sobre la posibilidad de un desborde social. A esto se suma la insostenible emisión monetaria necesaria para atender las múltiples necesidades.
Es tal la preocupación del gobernador que se reflejó en los modos y los tonos utilizados hoy en la presentación oficial. De hecho, prefirió socializar el costo de sus decisiones con los intendentes a los cuales los facultó para reordenar la apertura parcial de las actividades.
El fin de la cuarentena estricta, que se cumplió parcialmente en los últimos quince días, se da en el momento en el que queda en claro que la pandemia se expandió en el conurbano bonaerense pero decayó en la Ciudad de Buenos Aires. No lo va a hacer, pero el ministro de Salud Fernán Quiroz tiene ganas de mandar un tweet con los puntos rojos bonaerenses. “Es puramente política la apertura que se dará a partir de mañana. La realidad es que en el distrito casi se duplicaron los casos en una semana” dijo un secretario de Salud de la zona norte que mira ahora con más escepticismo que en marzo.