Cada vez hay más gente en el campo del peronismo que se está dando cuenta que la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner puede ser la mejor candidata pero la peor electora de los mismos.
Según parece, y se discutió mucho de esto en la última reunión de Avellaneda, donde todos los dirigentes de importancia del peronismo se juntaron para participar de la inauguración de una pileta, la idea de CFK sería la de presentar un triple K en la Provincia de Buenos Aires: Cristina K presidente, Axel Kicilof gobernador, Máximo K diputado nacional.
Asusta a los intendentes que pretenden ganar ante todo la Provincia de Buenos Aires. Ellos creen que el espectro que por ahora podría llamarse Frente Patriótico debe presentar un candidato como Sergio Massa o, en su defecto, a un intendente con ganas de cambiar de aire, como Martín Insaurralde o Verónica Maggario.
Otros, más optimistas, creen que el plan triple K podría cerrar con Malena Galmarini de Massa como candidata a vice, inclusive, del propio Kicilof. Aquí la triple K se podría romper con la anuencia de Cristina, relegando su propia candidatura, algo que parece una utopía.
Ya algunos se consolarían con que no esté Máximo, y la aspiración de máxima sería la ausencia de la madre y del hijo. “Con eso cerramos todos”, se animó a opinar un legislador que habla siempre con todas las partes.
El esquema por el que pugna el cristinismo sería la elección final por la vía de una gran encuesta que resumiría el nivel y carácter de las candidaturas. Por eso nuevamente se animan todos a salir a la cancha a posicionarse y ver.
Uno de los mayores problemas, sin embargo, radica en La Matanza, donde el doble comando genera un ruido intenso. La intendenta Maggario quiere ser candidata, pero su pareja política Fernando Espinoza también pretende eso. Dos para el mismo lugar se superponen y se restan.
Quien más armado se presenta es Insaurralde. El esposo de Jésica Cirio e intendente de Lomas de Zamora ha sabido generar un amplio espectro que lo tiene como referencia y no molesta con su presencia a la convocatoria de otros sectores peronistas.
En el campo oficialista, en tanto, se tomó nota que algo andaba mal. Por fin se lo expresó públicamente y se anunciaron medidas que nadie sabe qué efecto tendrán.
A su vez, la gobernadora María Eugenia Vidal sigue con su política de no dar más malas noticias y terminó la puja por los salarios docentes con una oferta que, como diría Vito Corleone, “los docentes no podían rehusar”. Macri no la ayuda. Su pésima imagen más la falta de expectativa conspiran contra su fuerte condición de candidata. Quizás la triple K le dan un poco de alivio.