En otro fin de semana preocupante por los casos de COVID aparecidos, General San Martín convivió con confirmaciones y rumores. Afortunadamente, no hubo víctimas fatales en el geriátrico de la calle Mónaco, en Villa Ballester, a pesar de los 77 contagiados.
La municipalidad de General San Martín informó oficialmente que el intendente Fernando Moreira no sufre COVID’19 a pesar que trascendió un informe que decía exactamente lo contrario durante el fin de semana.
Al mismo tiempo se conoció que las camas del hospital Diego Thompson tienen una capacidad de ocupación superior al 60%, que contrastan con las del Hospital Manuel Belgrano, que tiene mucho menos.
La desmentida tuvo como trasfondo una serie de informaciones y datos que ratificaban la posible infección del jefe comunal, quien se sometió a un hisopado el viernes pasado cuando sintió un leve dolor de garganta.
Moreira también debió hacerse un estudio similar hace más de dos meses cuando se disparó la crisis sanitaria del Hospital Belgrano, en Villa Concepción.
En esta oportunidad, el alerta fue lanzado por las propias autoridades municipales, no con sus palabras, sino con sus hechos, ya algunos de sus integrantes hacía varios días que no se dejaban ver por el municipio. El caso positivo de COVID del presidente del Concejo Deliberante, Diego Perrella, activó todas las alarmas.
Otro de los funcionarios cuya situación también se puso en duda fue el del secretario de Gobierno y Seguridad, José María Fernández, quien por sus problemas preexistentes de salud es un paciente de riesgo.
En cuanto al Hospital municipal Diego Thompson también se confirmó que varios médicos no pueden ir a trabajar por un caso positivo y otros seis que debieron ser aislados por haber tenido un contacto directo con el contagiado. Muchas de las nuevas instalaciones están en uso, afortunadamente.
Las dudas sobre el coronavirus del jefe comunal también provocaron una discusión entre los estudios que se realizaron el último fin de semana en el hospital Eva Perón. El que provocó las sospechas se realizó allí el 28 de junio, un día antes que apareciera la desmentida oficial.
Ante casi 24 horas sin respuestas oficiales, todas las sospechas se dispararon. Máxime cuando ninguno de los referentes y conductores del proceso municipal ni confirmaban ni negaban nada. Todo un estilo.
Marcela Ferri, esposa del intendente municipal, no tuvo COVID y en ningún momento apareció en el sistema informativo oficial conocido como SISA. Ambos deben seguir aislados, no obstante, por haber sido considerados casos sospechosos.
Como siempre ocurre en estas ocasiones, las versiones y las consultas de funcionarios y allegados inundan los teléfonos. Cuando sucedió el positivo de Perrella, costó muchísimo llegar a una confirmación oficial. ¿Secretos de estado?…
También en esta oportunidad las versiones y especulaciones fueron múltiples. Inclusive algunos ya especulaban con una licencia algo innecesario en esta oportunidad. Ni siquiera el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, delegó su poder un día a pesar de su delicado estado de salud durante casi una semana.
“No, acá no tenemos ningún conflicto de ese tipo”, dijo una persona que suele hablar con Moreira. A él no le hubiera preocupado, pero a algunos sí. Es que Romina Gassmann no pertenece al alineamiento político diseñado por Gabriel Katopodis, sino que se referencia directamente en el Instituto Patria.