¿CRISTINA PASA A SER MÁS IMPORTANTE QUE EL 17 DE OCTUBRE?

Nunca desde que el peronismo estuvo en el poder hubo discusión acerca de qué hacer con respecto a una fecha clave, crucial e histórica para los peronistas, no peronistas y la sociedad argentina en general, el 17 de Octubre.

Múltiples factores producen esta incertidumbre para saber qué hacer el próximo sábado. El zoom para un millón de “compañeros y compañeras” (ahora el inclusivo es obligatorio para el peronismo pero siempre el masculino aparece primero) es lo más firme por estas horas.

Los principales elementos en discusión tienen que ver con el distanciamiento social obligatorio reclamado desde el poder central y la crítica permanente a las manifestaciones opositoras por no cumplir con eso y “generar más contagios” por el COVID aún no controlado y disparado por todo el país.

A estas condiciones generales hay que agregarle el qué hacer con el “florero chino” o con “la voluntad de la jefa”, como quieran expresarse ambos bandos del mismo oficialismo. “La verdad es que muy frustrante que también para esto hay que esperar su consentimiento o veto”… confesó uno de los miembros del peronismo nacional.

“Como todo, nunca se puede hacer algo de manera espontánea y tenés que esperar lo que dicen ella o Máximo”, agrega la misma fuente, especialista en movilizaciones y conducción.

El acto central será organizado en la sede de la CGT, en la que está confirmada la presencia de Alberto Fernández. Que lo acompañe su vicepresidenta es aún hoy un interrogante. Es que ella no los quiere a los referentes de la confederación general del Trabajo, como lo expresó tras el acto del 9 de julio último. Y ellos tampoco. Pero como todo en el frentetodismo, la alfombra sirve para esconder también estas cosas.

La presencia de Cristina Fernández de Kirchner podría pasar a ser más importante que la conmemoración misma del 17 de octubre. Si ella está presente, será el centro de la escena, y si no, también. Ambas alternativas son complicadas para el presidente, que volverá a ver relegada su posición de líder.

La necesidad por “volver a ganar la calle”, supuestamente “perdida” por los reclamos que hubo en los últimos feriados nacionales y los banderazos de gente que se quejó por múltiples medidas y decisiones impulsadas por el oficialismo, es otra de las circunstancias que obligan a realizar un acto masivo.

Y el acontecimiento tiene que ser de tal fuerza que no sólo servirá hacer un zoom con un millón de anotados, Las caravanas, al mejor estilo que las realizadas por Antonio Cafiero en 1987 cuando ganó la Provincia, son otro de los formatos explorados. Sin embargo, la duda está en que los movilizados no quieran parar en algún lado y hacer un acto.

Si esto sucede, el discurso para enfrentar a los que organizan los críticos al gobierno quedará sin otro argumento.  

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