En medio de la pandemia y la cuarentena duplicada, los concejos deliberantes están trabajando a un 30% del ritmo habitual, con sesiones más que esporádicas o directamente sin ninguna desde principios de marzo.
Dos municipios que aún no han empezado a trabajar ni realizaron sesiones son General San Martín y Merlo. La excusa escuchada a menudo es que “no hay temas para tratar”, lo cual puede ser cierto, aunque ese argumento ponga en tela de juicio la razón de ser de la carga presupuestaria que tienen esas instituciones.
Si en medio de semejante crisis no tienen mucho que debatir o diseñar, qué les quedará para tiempos menos complejos.
En ambas localidades los concejales opositores reclamaron, sin éxito, la realización de sesiones para debatir proyectos que tenían en carpeta. Pero tampoco las comisiones se reunieron con la asiduidad necesaria para discutir esos mismos proyectos.
El gobierno nacional está sumergiéndose en un tremenda deuda interna con la emisión de dinero casi sin respaldo para apuntalar la actividad económica, pagar parcialmente los salarios de los trabajadores registrados y aportando para monotributistas que han perdido su posibilidad de trabajar por la fuerte regulación de las actividades comerciales y de profesiones independientes. Ni hablar de aquellos no registrados.
Pero, sin darse cuenta de todo lo que tienen por aportar, los concejales, o las autoridades que conducen estos cuerpos, no tienen en cuenta cuán privilegiados son por cobrar sin tener obligaciones ejecutivas, administrativas o representativas, en este caso, porque si el resto de la comunidad está padeciendo las angustias que provoca la disminución drástica de recursos, los ediles no están en ese lugar.
En estos días, el presidente del Concejo Deliberante de General San Martín, Diego Perrella, les informó a los concejales que la semana próxima habrá una sesión, y entre los temas a tratar está uno de sensible importancia oficial: la rendición de gastos del año pasado.
Si no hubiera existido esta necesidad, que si no se discute amerita una multa y objeción del Tribunal de Cuentas, ¿habría convocado a la sesión?… La respuesta la dá que es la primera convocatoria en ochenta días.
En diálogo con Sentido Común, el ex concejal Pablo “Pichi” Cristani recordó su discurso de despedida, hace un año, cuando les dijo a sus colegas que “cuidaran” la institucionalidad del cuerpo, que cada vez se debilita más por las facultades que le terminan cediendo a los departamentos ejecutivos. “En la boleta que elige al intendente también nos votan a nosotros. Pero parece que a nadie le importa”.
El referente de Juntos por el Cambio y ex candidato a intendente, Santiago López Medrano, aceptó esta coyuntura y reconoció que “el diálogo con el intendente siempre estuvo y algunas medidas que nosotros reclamamos se han implementado. Otros no, por supuesto”.
Según Eduardo Varela, de Merlo, “este es un gran tiempo que tenemos, y desaprovechamos, para conformar un comité de crisis para debatir el distrito post pandemia, cómo fortalecer a las empresas y comercios con incentivos locales, pero nada de eso estamos haciendo”.